Juan Pablo Guzmán y Alejandra Sánchez asistieron con año y medio de novios a la JMJ de Cracovia, que tuvo como lema “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán la misericordia”.
Ciudad de México. – En el marco de preparación de los Jóvenes en la CDMX para asistir a la JMJ Panamá 2019, es muy importante la formación; como parte de la formación, una guía impresionante, son los testimonios de jóvenes han asistido a otras Jornadas, que pueden transmitir la experiencia y la mística que se vive en este evento.
Con su testimonio enriquecen y alientan a los jóvenes a prepararse espiritualmente. Un ejemplo de estos testimonios llenos de esperanza y fe es sin duda es el de Juan Pablo Guzmán y Alejandra Sánchez, una pareja del Estado de México, que con año y medio de novios asistieron a la JMJ de Cracovia con el lema “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán la misericordia”.
¿Fueron peregrinos o voluntarios?
A y JP: Peregrinos. De hecho habíamos pensado en irnos como voluntarios, pero después decidimos participar como peregrinos, ya que era nuestra primera JMJ.
¿Cuánto tiempo de novios tienen y cuánto llevaban cuando fueron a la JMJ?
A y JP: Actualmente hemos estado juntos durante unos increíbles 3 años y medio, y cuando pudimos acudir a la JMJ, llevábamos 1 año y medio de novios.
¿Cómo deciden ir a la JMJ?
A- Me daba mucha ilusión el poder vivir en primera persona una Jornada Mundial de la Juventud, puesto que siempre las había seguido por redes sociales y televisión. Además, el hecho de pensar que el lema de aquél año: “Bienaventurados los misericordiosos”, coincidía con el año de la Misericordia y que tenía como sede Polonia, la ciudad de grandes santos y apóstoles de la misericordia como san Juan Pablo II y sor Faustina.
JP- Mis padres me llamaron Juan Pablo, justo por San Juan Pablo II, que justo visitó Izamal, Mérida 14 días antes de que yo naciera. Entonces siempre he sentido un tipo de conexión con él. 19 años después yo estuve de colaborador en Mérida, justo el lugar que él vino, entonces yo pensé “si él vino a tierras mexicanas, ¿porque yo no ir a tierras polacas?” es ahí donde nació la motivación. Y bueno después todo se fue dando gracias a Dios, con el apoyo de familiares y amigos.
¿Qué experiencia previa tenían de la JMJ o que referencia? , es decir ¿qué les habían contado?
A- Lo que yo sabía antes de ir a Polonia, lo había seguido por las transmisiones de televisión. Recuerdo haber seguido las transmisiones de la JMJ “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” (cf. Col 2,7) que fue en Madrid y l JMJ “Id y haced discípulos a todos los pueblos” (cf. Mt 28,19) que tuvo lugar en Brasil. Recuerdo que las experiencias de gente cercana que había participado, era de alegría y de gozo por compartir la fe, una experiencia de Iglesia y de una fe viva. Además, de esas experiencias que me habían contado, lo que yo pude ver en las transmisiones era algo que me atraía como un imán y me hacía desear estar ahí y poder vivir en primera persona lo que me habían contado.
JP- Antes de Polonia, lo único que había escuchado era lo que mi hermana Elisa me había contado, además de algunos amigos cercanos. De ellos escuché que era un magno evento en el que católicos de todas partes del mundo se consagran para reunirse con el Papa.
¿Cómo se prepararon y con cuanto tiempo de anticipación? ¿En grupo, o fueron solos?
A y JP: Participamos con un grupo de jóvenes que en su mayoría pertenecían a una parroquia en el sur de la CDMX y nuestro responsable de grupo, era el Presbítero Álvaro Lozano Platonoff. Nuestra peregrinación consistió de tres etapas:
1. El Camino de Santiago
2. Pre-jornada en Szczecin, Polonia
3. JMJ en Cracovia, Polonia.
Nosotros realizamos el Camino de Santiago, desde la ciudad de León, Castilla. Eramos 23 jóvenes de todas las edades, en su mayoría éramos laicos y dos seminaristas también nos acompañaban. Después en la prejornada, estuvimos unos días en Swinoujscie y posteriormente acudimos a Szczecin, en donde habían jóvenes de Brasil, Israel, Canadá, Alemania, Irlanda, entre otros. Para este momentos éramos un grupo de aproximadamente 45 personas.
¿Llevaban las catequesis recomendadas?
A y JP: Fue difícil participar en todas las catequesis, ya que la comunidad que nos asignaron como grupo se encontraba a 2 horas en tren de Cracovia, y preferíamos asistir a los eventos más importantes y para ello necesitábamos partir temprano. Una ventaja muy grande, es que el responsable de nuestro grupo era un sacerdote, quien en todo momento procuró prepararnos para el encuentro con el Papa y para recibir las gracias que en ese momento estábamos recibiendo.
Ya allá, ¿qué es lo que más les impactó?
A- Me impactó ver lo grande que es la Iglesia, que Dios Nuestro Señor sigue llamando y que existen jóvenes que hoy en día queremos seguir respondiendo a su llamado. Es un ambiente de alegría, entusiasmo y también de profunda oración. Todos, de diferentes países, culturas, continentes, hablamos distintos idiomas, pero nos unía lo mismo: la fe.
JP- La cantidad de gente joven que comparte contigo la misma fe, y además que todos irradiaban una felicidad que era insuperable.
¿Qué experiencia personal fue la que más interpeló en su fe?
A- Dios habla a través de signos visibles como los son sus sacramentos, y para mí esta Jornada Dios me hizo ver que Él me llamaba y que Él había sembrado en mí esa inquietud de acudir a Polonia por una razón: encontrarme con Él. Todas las personas que en el evangelio se encuentran con Jesús no quedan igual, él las transforma. En esa Jornada Jesús quería revelarme lo grande que es su amor y me invitaba a dejarme tocar por su misericordia.
JP- Las palabras que hablaba el Papa Francisco, todas elegidas sabiamente para nosotros los jóvenes. Sabe cómo hablarnos porque en él hay un espíritu joven, y en cada una de sus palabras se sentía la cercanía con Cristo, hablándote como si estuvieras platicando con un amigo a la luz de una fogata. En lo sencillo de sus palabras pude encontrar a Cristo.
¿Qué frutos como pareja consiguieron de asistir juntos?
A- Es una bendición compartir con tu pareja una misma fe y un mismo deseo de ser santos. Esta Jornada considero que nos ayudó a conocernos más, a compartir nuestra fe, a orar por nuestra vocación y noviazgo. Encomendamos nuestro noviazgo bajo el cuidado de la Virgen María y de san Juan Pablo II. Fue un regalo el poder compartir esta experiencia juntos. Es increíble saber que más allá del amor humano Dios es quien nos une.
JP- Conocernos mucho más de lo que yo creía que la conocía. Además de que reafirmó algo que siempre hemos tenido presente, que es Dios quien pone su mano y nos une, y si tú vas dejando que Cristo vaya guiando tu amor hacia la otra persona, aprendiendo del amor que Él no nos enseñó, cada gesto es un gesto de amor y cariño, inclusive cuando hay diferencias, cuando el amor crecido es lo que impera, ninguna diferencia quebrará la relación.
Después de la JMJ, ¿cuál fue su labor pastoral aquí en México?
A- A nuestro regreso, continuamos colaborando en los apostolados de la pastoral universitaria a los que pertenecemos: Gaudium y el Coro de la Universidad Anáhuac México Norte.
JP- Continuamos apoyando en apostolados cómo Gaudium, el Coro de la Universidad Anáhuac México Norte; por mi parte en la organización del Congreso de Líderes Contracorriente.