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Jóvenes en Chile

Signis ALC

29 junio 2018

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Jóvenes en Chile: Necesidades, preocupaciones y problemas

Jóvenes en Chile: Necesidades, preocupaciones y problemas

Volar de una isla tropical al círculo polar ártico y al salir del avión, ¡el intenso frío polar! ¿Es posible adaptarse al nuevo clima? Por supuesto, aunque es necesario realizar algunos cambios. Algo similar ocurre con miles de jóvenes que entran en la ad.

 

SIGNIS Chile Joven – Jorge Zúñiga

 

Volar de una isla tropical al círculo polar ártico y al salir del avión, ¡el intenso frío polar! ¿Es posible adaptarse al nuevo clima? Por supuesto, aunque es necesario realizar algunos cambios. Algo similar ocurre con miles de jóvenes que entran en la adolescencia: de la noche a la mañana, el clima cambia por completo.

 

El interés sobre esta etapa de la vida no es nuevo. Muchos libros, poemas y canciones alaban las bondades de la juventud: la belleza, la energía y el poder son algunos de esos rasgos tan deseables que se destacan. Pero ser joven no es sencillo. Esta etapa de la vida está llena de cambios que acompañan al crecimiento y algunos, como ya hemos mencionado, bastante repentinos y profundos.

 

Tales transformaciones confunden no sólo a quienes las experimentan sino también a quienes rodean a los jóvenes. Es por eso que las temáticas sobre este grupo particular son tan sensibles. Esto es así puesto que los temas que les interesan a los jóvenes debieran ser relevantes para la sociedad en su conjunto.

 

Sumado a lo anterior, se ha de reconocer que los jóvenes siguen siendo actores principales de movimientos sociales y culturales a nivel mundial. Su interés por temas atingentes como la educación, el medioambiente y la política no dejan a nadie indiferente. Su idealismo y pasión han cautivado a personas mayores haciéndolos agentes activos de la anhelada solicitud de cambio.

 

Y aunque muchos jóvenes luchan por una sociedad mejor, se encuentran con escollos que requieren atención de todos quienes creemos en la posibilidad de un mundo mejor.

 

A nivel nacional, Chile es un país que está experimentando cambios profundos a nivel social y cultural. Muchos informes repiten frecuentemente la llamada “crisis de las instituciones” para explicar los fenómenos sociales que afectan al país. Y muchas luchas han sido emprendidas por jóvenes idealistas que desean modificar el sistema económico o cambiar la figura de educación mercantilista.

 

Estadísticamente, Chile es un país que envejece al igual que los países del llamado primer mundo. La cantidad de ancianos aumenta y cada vez disminuye más la cantidad de niños nacidos.

 

Datos relevantes sobre la juventud chilena pueden obtenerse de la “Octava Encuesta Nacional de Juventud” del INJUV del Gobierno de Chile la cual revela aspectos interesantes de este grupo etario. Es interesante mencionar que los marcadores que sirven de eje de la investigación son los siguientes:

1. el ingreso a la educación formal.
2. la incorporación al mundo laboral.
3. la formación de una familia.
4. el tomar riesgos (en relación al consumo de drogas)
5. el ejercicio de la ciudadanía.
6. acceso al sistema de salud.

 

Evidentemente, tales marcadores se relacionan con necesidades fundamentales de los jóvenes chilenos. Y su elección refleja la importancia que la educación, el trabajo, la familia y la salud entre otros tienen en la vida de los jóvenes de Chile.

 

Cabe mencionar que la educación en Chile ha experimentado una crisis profunda debido a múltiples factores. Entre ellos se encuentra el elevado costo de ingreso y mantención en el sistema universitario público y privado. Además de esto existen deficiencias enormes en la calidad especialmente en el sector público.

 

Otro problema que enfrentan miles de jóvenes chilenos es la gran cantidad de trabas para ingresar al mundo laboral. Según el sitio web Educar Chile, muchos jóvenes ven mermada su autoestima y se ven perjudicados económicamente debido a la falta de un empleo formal que les permita generar recursos económicos para ellos y sus familias.

 

Es conocido a nivel nacional que la mayoría de los empleadores exige experiencia de todos los trabajadores lo cual dificulta tremendamente el ingreso de aquellos jóvenes que recién terminan sus estudios formales. Algunos subsidios estatales fomentan la contratación de trabajadores jóvenes pero está claro que tales medidas no han podido dar una solución más de raíz a tal problemática.

 

Los marcadores educación formal e incorporación al mundo laboral guardan estrecha relación con la formación de una familia. Los resultados de la investigación muestran que las mujeres jóvenes dejan antes sus hogares y los hombres lo hacen después.

 

Se percibe una alta cantidad de personas jóvenes que permanecen con sus padres y/o familia extendida después de los 29 años. Una de las causas atribuibles para tal fenómeno es la falta de recursos financieros para poder sustentar los costos asociados a la adquisición o renta de una vivienda considerando los gastos en los cuales debe incurrir quien se independiza.

 

El marcador número 4 refleja una realidad compleja de muchos adolescentes y jóvenes chilenos: el consumo de drogas. Y aunque tal problema tiene causas múltiples es evidente que factores como la falta de oportunidades y la vulnerabilidad socioeconómica pueden conducir a que los jóvenes de hagan consumidores de drogas y/o estupefacientes.

 

Actualmente, existen diversos programas a nivel nacional que contribuyen a la prevención del consumo de drogas. A pesar de esto, varios informes periodísticos así como circulares del Ministerio de Salud
(MINSAL) señalan el ingreso de nuevas drogas al país que tienen como público objetivo a adolescentes y jóvenes.

 

En un párrafo anterior ya se hizo referencia al fenómeno de la crisis de las instituciones. Y, como sería de esperar, los jóvenes desconfían ampliamente del sistema democrático en general. Algunos sociólogos y miembros de partidos políticos tradicionales señalan que tal desconfianza del público joven tiene que ver principalmente con el modo empleado por los políticos de ejercer su rol.

 

Otros más radicales explican que, sumado a lo anterior, la democracia responde con lentitud a los problemas sociales lo cual provoca más desconfianza en los jóvenes que demandan cambios ahora mismo.

 

Prescindiendo de las particularidades, es claro que muchos jóvenes chilenos desconfían de la capacidad de los políticos de brindar soluciones a los problemas actuales. Una encuesta de opinión llevada a cabo en la comuna de Santiago, señala que el 90% de los estudiantes de segundo año medio no cree en los líderes políticos ni en sus promesas.

 

Por otro lado, un 96% cree que las promesas son una estrategia que permite a los candidatos a cargos de representación popular salir del paso ante la contingencia político-social del país.

 

En cuanto al acceso al sistema de salud de los jóvenes y adolescentes en el país este se ve limitado dependiendo de las circunstancias de cada individuo. Es decir, tienen acceso a prestaciones de salud estatal o privada sólo aquellas personas que tengan un contrato legalmente vigente los cuales son sujetos a descuentos mensuales fijos prescindiendo de su uso.

 

El acceso a salud de calidad no es sólo un derecho humano básico sino también muy importante en la adolescencia y juventud. Las investigaciones de organismos públicos chilenos señalan dos áreas deficitarias: salud sexual y afectiva y salud mental.

 

Al hablar de acceso a la salud como una necesidad de los jóvenes chilenos no sólo debemos pensar en la prevención del embarazo adolescente sino también en la formación integral de personas con una mente sana y con afectos delimitados por la conciencia de valores éticos universales.

 

Claramente, las necesidades de los adolescentes y jóvenes son largas de enumerar. Además, es complejo señalar la diferencia entre una necesidad, un problema y una preocupación. Muchas veces la diferencia es sutil ya que se trata de ideas complejas y entretejidas unas con otras.

 

Además, no se debe obviar que los problemas y necesidades mencionados en este artículo corresponden a aquellos de carácter más general por lo cual aún se pueden sumar otros menos recurrentes pero igual de relevantes para los jóvenes y adolescentes.

 

Por ejemplo, el Ministerio de Educación en su encuesta enmarcada dentro de la prueba SIMCE aplicada en diversos niveles de enseñanza y en distintos establecimientos educacionales arroja información valiosa al respecto.

 

Otros problemas que enfrentan los jóvenes en Chile tienen que ver con: bullying o matonaje escolar, depresión y problemas emocionales, problemas familiares tales como la separación o divorcio de los padres, problemas para comunicarse con los adultos, resistencia a las normas por considerarlas rígidas o sin sentido, desconfianza generalizada a los adultos y/o instituciones formales, tendencia suicidas, miedo al fracaso y otros.

 

La misma encuesta informa que muchos jóvenes están preocupados por su futuro académico y económico. ¿Serán capaces de entrar a estudiar una “buena carrera” en una universidad prestigiosa? Preguntas como esas resuenan en la mente de muchos jóvenes chilenos y, en especial, de aquellos que cursan el último año de enseñanza media la cual debiera conducirlos a estudios superiores.
Claramente, la juventud y adolescencia son etapas complejas en la vida del ser humano.

 

Pero podemos reflexionar sobre la presión y problemas que enfrentan los jóvenes de la actualidad. Tal vez las herramientas que dan los progenitores así como la educación formal son insuficientes o inadecuadas para dotarlos de medios que les permitan enfrentar la vida de forma exitosa.

 

Asimismo, la sociedad chilena ha experimentado un profundo proceso de secularización por lo cual valores de antaño han caído en cierta decadencia debido al cambio de mentalidad que inunda la cultura popular.

 

Muchos números e indicadores pueden mostrar qué le importa a los jóvenes o qué problemas enfrentan actualmente.

 

Pero la diferencia debe radicar en la generación de verdaderas oportunidades que permitan superar tales dificultades y abrir el camino al desarrollo espiritual y social de las nuevas generaciones. No se puede construir un futuro exitoso prescindiendo de los valores básicos de la vida humana y la preservación de esta.

 

Tampoco se puede alcanzar la meta sin tener un proyecto colectivo que aúne fuerzas y capacidades transversales. Por eso, anímate a emprender el camino de descubrir cómo ayudar al prójimo y mostrarle formas de usar su vida de manera sensata. De seguro, sentirás que los datos de las encuestas son sólo el comienzo de un camino de trabajo colectivo.