Por Manuel Alejandro Rodríguez. SIGNIS Cuba
Manuel Alejandro Rodríguez Yong, miembro de SIGNIS Cuba Joven, habla en este artículo sobre la importancia de proponer nuevas alternativas comunicacionales que permitan a la Iglesia Católica una mayor difusión de su mensaje. De acuerdo al comunicador y productor audiovisual, la radio representa una alternativa, tomando en cuenta que producir un programa en este medio no requiere de grandes equipos.
“Estos son tiempos de buscar alternativas, pensar estrategias y tomar conciencia de que todo lo que se haga en materia comunicacional nunca será suficiente para anunciar la Buena Noticia”, opina.
A continuación, reproducimos el artículo completo:
Hace 97 años surcaron el éter las ondas electromagnéticas de la emisora 2LC, del músico y luchador Luis Casas Romero. Con este acontecimiento, la radio llegó a nuestro archipiélago.
Desde entonces, Cuba no solo fue pionera en su uso, sino que se fue posicionando como obligado referente en todo el mundo. Muchos han sido los sucesos relacionados con su uso y muchos quienes han dedicado su vida a la creación de imágenes sonoras.
La radio es un medio económico, sumamente útil, ágil y eficaz para la evangelización. En Cuba, desde hace años algunos obispos tienen la oportunidad de acceder a las emisoras provinciales para emitir alocuciones en fechas importantes, como el día de la Virgen de la Caridad o el Viernes Santo.
Han existido otras experiencias de programas dedicados a acontecimientos relevantes como el realizado por la Oficina de Comunicaciones del Obispado de Holguín sobre la renuncia del Papa Benedicto XVI, pero son pocas.
Los obispos cubanos han expresado la necesidad y el deseo de una presencia eclesial en los medios de comunicación. Algo loable, pero, sin dudas, muy difícil de alcanzar debido a nuestra realidad política. Cabría preguntarse entonces por qué tener que esperar por el permiso de alguien para llevar el mensaje cristiano a nuestro pueblo.
Si aún no tenemos acceso a los medios tradicionales, hagamos uso de los regalos que nos brindan las nuevas tecnologías. Ahí están Ivoox, Sound Cloud y otras plataformas digitales destinadas a la difusión por internet de archivos de audio. Contamos, además, con muchos profesionales de los medios de comunicación en cada una de nuestras diócesis.
Para hacer un producto radiofónico basta, además del talento, con una computadora, una grabadora de voz, un micrófono o en su defecto un celular.
Estos son tiempos de buscar alternativas, pensar estrategias y tomar conciencia de que todo lo que se haga en materia comunicacional nunca será suficiente para anunciar la Buena Noticia. En Santa Clara existe el ejemplo de “Una voz para la familia”, una experiencia de programación radiofónica cuya manera de circular ha sido de mano en mano a través de discos compactos y memorias USB.
Mucho más reciente es el boletín radial de la Red Católica Juvenil Cubana que se difunde a través de los tantos grupos eclesiales cubanos que existen en WhatsApp.
Hoy, seguir pensando exclusivamente en medios tradicionales puede llevar a perder oportunidades. Si existen alternativas al alcance de la mano, ¿por qué no hacer uso de ellas?
Nuestros obispos seguramente comprenden que nuestras publicaciones diocesanas impresas, aun siendo eficaces, útiles y necesarias, no bastan para llegar a toda la realidad social cubana.
Es necesario el funcionamiento de la Oficina de Comunicaciones de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC).
Desde allí se pueden crear productos comunicativos certeros, radiofónicos o de otro tipo, que muestren a nuestros pastores y a todo el pueblo de Dios que la evangelización hoy en día se realiza más allá de los espacios físicos tradicionales. La radio sería uno de ellos.